En el Salón Tenampa, de la Plaza Garibaldi, conocida por sus vibrantes mariachis y la esencia cultural que emana de cada rincón, se dieron cita sus trabajadores con motivo de la presentación del libro "Proyecto de intervención Plaza Garibaldi", un proyecto que captura la esencia de la música, el arte y la vida cotidiana de sus trabajadores en búsqueda de una propuesta de diseño urbano, que permita seguir siendo cuna de historias, luchas y sueños de quienes hacen de este lugar un símbolo vivo de la identidad nacional.
Durante la presentación, las voces de académicos, trabajadores y defensores del patrimonio cultural resonaron con fuerza, pero fue la pasión de los trovadores, artesanos y vecinos lo que realmente impregnó el ambiente. Mientras el periodista Guillermo Osorno moderó la sesión, los asistentes no pudieron evitar sentirse conmovidos por las palabras de Guillermo Ramayo, un trovador que ha sido testigo de las transformaciones de Garibaldi a lo largo de medio siglo.
Con una sonrisa nostálgica y una mirada llena de esperanza, Ramayo narró cómo pequeñas intervenciones en el espacio podrían significar un cambio profundo en la calidad de vida de quienes han dedicado su vida a mantener viva la tradición musical en la plaza.
Ana Ibañez, experta en conservación del patrimonio, subrayó la importancia de preservar el "patrimonio inmaterial" de Garibaldi, ese intangible que se siente en el aire y que solo puede ser comprendido por quienes han caminado sus adoquines día tras día.
Este sentimiento fue compartido por Ana Paulina Matamoros, quien destacó la necesidad de que las políticas públicas reflejen las voces de la multitud, y no solo las de unos pocos, para construir una ciudad verdaderamente inclusiva.
El evento no solo fue una presentación, sino una celebración de lo que hace única a Plaza Garibaldi: su gente. Desde los vendedores de artesanías hasta los músicos que llenan el aire con sus notas, todos forman parte de un ecosistema que merece ser protegido y proyectado hacia el futuro. Como dijo la arquitecta Cinthia Xochicale, este libro es una herramienta de empoderamiento para quienes han sido, son y serán los guardianes de este emblemático lugar.
Yuleina Carmona, coordinadora de WIEGO, cerró la sesión con un recordatorio crucial: la ciudad es para todos. Su llamado a garantizar los derechos de los trabajadores informales resonó con fuerza en el salón, dejando claro que el verdadero espíritu de Garibaldi reside en la inclusión y el respeto hacia quienes la hacen vibrar día tras día.
Así, el libro "Proyecto de intervención Plaza Garibaldi" se convierte en un testimonio vivo, un manual para construir un futuro que respete y celebre el pasado, mientras se adapta a las necesidades del presente. Una obra que invita a todos a redescubrir y reimaginar una plaza que, aunque cambiante, sigue siendo el corazón palpitante de la Ciudad de México y que debe ser incluyente y responder a adversidades del cambio climático, temas que la agenda global de los ODS que promueve la ONU, coloca en primer plano para ser más sostenibles.
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Con ayuda de Raúl Marrón, Berenice Sánchez y Anaid Hernández.
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